La educación física tiene un papel fundamental en el desempeño eficiente de las actividades de la vida diaria, las cuales causan un impacto positivo en el individuo y en la sociedad de la que forma parte.
Esta disciplina tiene como fin último la contribución al logro de una salud física y emocional en el individuo, para lo que recurre especialmente al movimiento del cuerpo. Cabe acotar que este movimiento no corresponde a aquel que realizamos de forma inconsciente todos los días, sino al tipo de movimiento que busca cultivar en el individuo el conocimiento y el progreso de sus propias destrezas e incapacidades físicas, así como fomentar su integración con quienes le rodean.
Actualmente, la educación física es considerada parte integral de los programas educativos, dado que permite que las habilidades de los estudiantes y su disposición para la realización del trabajo en equipo sea cada vez mayor, esto gracias a la puesta en práctica de distintos tipos de actividades A través de la educación física aplicada de manera gradual, los niños y adolescentes pueden adquirir conocimientos respecto a los diferentes movimientos que pueden desarrollar con su propio cuerpo, disfrutar con total plenitud de todas sus actividades. Como resultado, los jóvenes tienen la capacidad de cultivar la confianza en sí mismos, de conocer la importancia y la necesidad de realizar ejercicio físico de manera frecuente, así como de desarrollar por sí solos actitudes de respeto y tolerancia hacia los demás.
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